Tras doce años de gobierno, Benjamín Netanyahu ha dejado de ser primer ministro de Israel1. El Parlamento aprobó la formación de un nuevo gobierno con el conservador Naftali Bennett por 60 votos a favor y 59 en contra. Este cambio supone el final de dos años de crisis política con dos elecciones para las que Netanyahu no pudo obtener el apoyo suficiente para formar gobierno y una tercera que llevó a un gobierno fallido de coalición. Un cambio de gobierno que, sin embargo, no augura ninguna esperanza de mejora para la población palestina.
Para estas cuartas elecciones, se construyó un amplio frente de un dispar abanico de partidos con ideologías desde la ultraderecha al centro-izquierda cuyo único fin común era la expulsión de Netanyahu del poder. A pesar de que los recientes bombardeos en la franja de Gaza, con más de 200 víctimas mortales entre la población palestina, hicieran percibir al antiguo primer ministro como protector del Estado judío entre la población de Israel2, y a pesar de que éste intentara sembrar el miedo tildando al nuevo gobierno de «extrema izquierda», finalmente no pudo evitar que el nacionalista de derecha Naftali Bennett jurara el cargo como primer ministro tras acordar compartir el poder con el centrista Yair Lapid.
Un simple vistazo a esta coalición permite ver que no supondrá un cambio sustancial para la situación palestina. Aparte de que sus diferencias ideológicas le auguran una vida muy corta, dado que su único punto en común es su rechazo al antiguo primer ministro, se puede ver que una parte considerable de los partidos implicados ya han trabajado cerca del mandatario en otras ocasiones3, desde Lapid, ministro de finanzas en 2013, a Bennett, ministro de la diáspora entre 2013 y 2019, y al frente de defensa en 2020. Bennett, además, representa una derecha dura y religiosa que no duda en mostrar su desprecio por los palestinos. Como ejemplo, el nuevo gobierno ya lanzó los primeros ataques aéreos sobre la franja de Gaza el pasado miércoles 164.
Para que haya un reflejo en la situación del pueblo palestino debería haber una presión decidida a nivel internacional en contra de la situación continuada de violación de derechos, presión que por ahora dista de ser esperable: el presidente estadounidense Biden reiteró el apoyo de su nación a Israel5 y en la Unión Europea han optado por no tomar partido6, pidiendo una «desescalada inmediata» de la tensión entre los estados y condenando también «la violencia palestina». La única solución pasa por revertir esa tibieza de los estados que ha abandonado a la población palestina a su suerte mediante la movilización ciudadana a nivel internacional.
1 https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-57457914 2 https://www.business-standard.com/article/international/netanyahu-toughens-stand-as-tension-rises-between-israel-and-hamas-121052000176_1.html 3 https://www.elsaltodiario.com/israel/gobierno-sin-netanyahu-sin-cambio-poblacion-palestina 4 https://www.publico.es/internacional/conflicto-palestino-israeli-nuevo-gobierno-israel-lanza-primer-ataque-aereo-franja-gaza-alto-fuego.html 5 https://elpais.com/internacional/2021-05-12/las-dudas-de-ee-uu-impiden-una-resolucion-de-la-onu-sobre-el-conflicto-en-oriente-proximo.html 6 https://www.elperiodico.com/es/internacional/20210511/clamor-internacional-recrudecimiento-violencia-israel-11716451
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