El Fondo Monetario Internacional, que nació en 1944 en los acuerdos de Bretton Woods, ha sido desde la década de los 70 una de las fuerzas principales que impusieron la agenda neoliberal en todo el planeta1, condicionando sus préstamos a medidas de austeridad. Y la actual crisis sanitaria no ha supuesto ningún cambio en este sentido.
Un análisis realizado por OXFAM a partir de 91 préstamos realizados por el FMI a países durante la pandemia2 revela que al menos 76 de ellos estaban condicionados a congelaciones salariales y recortes en sanidad pública, en sistemas de pensiones, en el sector público (doctorxs o profesorado incluidos) o en los subsidios de desempleo, todos ellos servicios de grave necesidad durante estas épocas. Como ejemplo de algunas de las medidas indicadas en el informe, podemos ver las siguientes:
- En Ecuador, pese al colapso de la sanidad del país, el FMI ha recomendado reducir gastos en salud y pagos a personas desempleadas, a cambio de su préstamo de 6.500 millones de dólares.
- En Angola, Nigeria y otros siete países, se incrementarán los impuestos al valor añadido que afectan principalmente a las personas más humildes, pese a que el desempleo en Nigeria ha aumentado un 27 por ciento.
- En catorce países, entre los que están Barbados, El Salvador, Lesoto o Túnez, se paralizarán o reducirán salarios de funcionarixs, pese a que países como Túnez tienen solo 13 doctorxs por cada 10.000 personas.
Estas medidas resultan si cabe más censurables cuando el mismo FMI ha reconocido en varios informes propios el fracaso de sus políticas, diciendo que el Neoliberalismo se ha «promocionado en exceso»3 o que sus experimentos en América Latina fueron “todo dolor, sin beneficios”4. Sin embargo, vuelve a aplicar sus mismas recetas en una de las mayores crisis sanitarias de los últimos tiempos.
Aunque el FMI es uno de los actores más poderosos en el ámbito global, no es el único agente que promueve la austeridad en el planeta. La Unión Europea, por ejemplo, va a poner en marcha su «NEXT GENERATION EU»5, el rescate más grande de su historia, de 750.000 millones de euros, también condicionados a este tipo de políticas. Ante el austericidio, la mejor solución que tenemos las clases empobrecidas es la movilización y el legítimo impago de deudas ilegítimas y crueles. Otros países, como Islandia6 o Ecuador7, han demostrado que la lucha contra la austeridad y la deuda es posible. ¡No debemos, no pagamos!
1 https://www.jstor.org/stable/4621699?seq=1 2 https://oi-files-d8-prod.s3.eu-west-2.amazonaws.com/s3fs-public/2020-10/IMF%20COVID%20Financing%20Tracker%20FINAL%20Oct%2010.pdf 3 https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2016/06/pdf/ostry.pdf 4 https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2016/06/pdf/ostry.pdf 5 https://ec.europa.eu/info/live-work-travel-eu/health/coronavirus-response/recovery-plan-europe/pillars-next-generation-eu_es 6 https://www.cadtm.org/Islandia-Si-la-deuda-no-puede 7 https://www.cadtm.org/Ecuador-los-pueblos-exigen-ser
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