En toda Europa el racismo cala con cada vez mayor facilidad, gracias al discurso de las formaciones xenófobas y a las tribunas ultraconservadoras. Pero también, mediante un sistema de fronteras y unas políticas que revelan una cada vez más profunda institucionalización de la xenofobia.
Cuando en 2012 la Comisión Europea lanzó un anuncio de contenido xenófobo que capitalizaba el miedo a lo ajeno1, recibió multitud de críticas. ¿Pero fue ese anuncio un hecho aislado o una demostración de que los pilares del proyecto europeo se sustentan en parte por el racismo y el rechazo a la inmigración?
El contexto migratorio en el mundo y en Europa
Cuando se trata a la inmigración como “problema”, algo muy común en el discurso neoliberal compartido por la Unión Europea, se busca hacernos imaginar una horda de invasores que golpean los muros de nuestro continente-fortaleza, cuyo supuesto objetivo sería colapsar por completo nuestra civilización y aprovecharse del “estado del bienestar”. Pero, ¿son realmente tantos estos inmigrantes como nos intentan hacer creer?
La inmigración total en el mundo representa unos 1000 millones de personas. De esta, la mayor parte es interna, es decir, dentro de un mismo país. Únicamente un 20% sería migración internacional que, según los últimos datos, se cuentan como 280,6 millones de personas2, aproximadamente el 3,6% de la población mundial. Este porcentaje ha sufrido un ligero aumento: constituía el 3,5% en 2019, el 2,8% en 2000 y el 2,3% en 19803. En contra del razonamiento habitual, un 60% de las migraciones se producen entre países empobrecidos o entre países enriquecidos, y apenas un tercio migrarían desde países empobrecidos a países enriquecidos.
Por tanto, ante la imagen de la “horda invasora” hay que contraponer otra más real: la inmigración desde los países pobres representa la menor parte de los flujos migratorios, muy lejos de ser la realidad global de la que nos quieren convencer.
Otra forma en la que se clasifica usualmente es la de la migración “forzada” o la “voluntaria”. Por migración “forzada” se entiende aquella que se debe a conflictos armados, persecuciones violentas o desastres climáticos, mientras que la “voluntaria” es cualquiera que no responda a estas causas y que generalmente se conoce como “migración económica”. Todo esto va entrecomillado porque, como veremos más adelante, motivos tan “voluntarios” como el hambre o la falta de escuelas pueden suponer una forma de migración forzada o, dicho de otra manera, la huida de esas realidades dista mucho de ser voluntaria.
En cualquier caso, si entendemos como desplazamiento forzoso toda la migración debida a conflictos o desastres, esta ha ido creciendo desde unos 40 millones en 2011 hasta los casi 70 millones de 20204, casi un 0,9% de la población mundial, lo cual evidencia la existencia de un mundo cada vez más conflictivo, propio de un capitalismo acelerado y adicto a la rapiña.
Y llegamos al caso concreto que nos ocupa con Europa. La famosa “Crisis migratoria de Europa” de 2015 se ha ido desinflando a medio plazo (de las 1,8 millones de personas que buscaban cruzar las fronteras de la UE en 2015 han pasado a unas 204.219 en 20175), pero aun así seguirá conformando gran parte de los discursos políticos de los procesos electorales y legislativos. El modo en el que esta crisis, debida a conflictos como los de Siria o Afganistán, ha sido gestionada, revela uno más de los fracasos del proyecto europeo. Ante un problema humanitario de estas características, la solución ha sido, como dijera David Cameron en 2015, “más perros adiestrados, más vallas y más asistencia”6. Y es que concebir a la inmigración como una invasión o una avalancha solo concede dos respuestas posibles: rechazar y repeler o asistir de emergencia. Se convierte así en un “problema” que hay que quitarse de encima cuanto antes, una mercancía que hay que reubicar, y no personas con voz y a las que es necesario escuchar. Este enfoque deshumanizador no es casual, tal y como se detalla en este mismo texto.
Refugiados legales e inmigrantes ilegales
Las causas de este planteamiento por parte de la Unión Europea son en parte ideológicas, y podrían partir del texto de la convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, que define a la persona refugiada como aquella que:
debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él7.
La lógica, repetida durante la crisis de refugiados del 2015, es que todas aquellas personas que huían de conflictos armados debían ser acogidas de acuerdo al derecho internacional. Ahora bien, ¿y para aquellas personas cuya situación no se ajustara a este marco legal? ¿Serían justificables las alambradas, CIEs y los perros adiestrados?
Efectivamente, el discurso relativo a inmigración en la UE ha pasado por excluir cada vez más, y de la forma más drástica, a quienes no entren en la estrecha definición de “refugiado”.
¿Son realmente voluntarias las migraciones económicas? ¿Qué ocurre cuando la miseria, el hambre o la desertización ponen en peligro las vidas humanas? Quienes huyen de la falta de alimentos no buscan “mejorar sus perspectivas de futuro”, sino sobrevivir. Es necesario cambiar la lógica que rige la concepción de refugiado como la de alguien perseguido, por la de alguien que huye. Y del hambre y la misería también se puede huir.
Un caso que ilustra bien esta realidad sería el hecho de que la legislación internacional no ampara a los más de 200 millones de personas que, según el Comité Internacional de la Cruz Roja8, se desplazan directa o indirectamente por causas relacionadas con el cambio climático y el deterioro del medio ambiente.
Historia de la política migratoria en la UE
El Acuerdo de Schengen, firmado en 1985 y que entró en vigor en 19959, estableció un espacio común (denominado Espacio Schengen) por el que pueden circular libremente todas aquellas personas que residan en uno de los países que han firmado el convenio. Suprimía controles en las fronteras interiores trasladándolos a las fronteras exteriores.
Es decir, como condición para la libre circulación interior, era necesario blindar el exterior, construyendo una “Europa fortaleza”. Recogidas en el Tratado de Amsterdam de 199710 hay toda una batería de medidas destinadas a garantizar la solidez de sus muros:
- El código de fronteras Schengen, que rige toda la casuística relativa al cruce de las fronteras exteriores.
- Como no todos los países tienen la misma “carga” de fronteras externas que proteger, la UE dedica una parte de sus fondos a compensar parte de los costes que éstas suponen a los estados limítrofes.
- Se crean bases de datos centralizadas con el fin de gestionar fronteras y migraciones: El Sistema de Información de Schengen (SIS)11, el Sistema de Información de Visados12(VIS) y Eurodac13, la base de datos europea de huellas dactilares.
- Se constituyen medidas diseñadas para evitar y sancionar la entrada y circulación de inmigrantes irregulares conocidas como “pasadores de fronteras”.
- Y se constituye una agencia destinada a dirigir la cooperación en materia de fronteras de los distintos estados, la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea, más conocida como Frontex.
Frontex ha ido ganando mucho peso en este “blindaje de las fronteras” del que hablabamos anteriormente. La agencia, con sede en Varsovia, tiene entre sus funciones las operaciones de vigilancia aérea, marítima y terrestre, la administración del sistema europeo de vigilancia de las fronteras exteriores, Eurosur14 (European Border Surveillance System) que pone en común todo el sistema de radares, satélites y drones de vigilancia y detección de los estados miembros de la UE y los “análisis de riesgos” que tratan de identificar las rutas más utilizadas de ingreso en Europa.
La agencia dispone de autorización para supervisar la actuación de la policía fronteriza de los estados miembros, pero en la práctica interviene de manera directa, incluso sin la aprobación del propio país afectado, lo que constituye una socavación de la soberanía de los países miembros.
El objetivo buscado es que Frontex se convierta en la nueva Guardia Europea de Fronteras y Costas, con un poder que esté por encima incluso de la soberanía de los países miembro en todo lo relativo a la protección del espacio Schengen.
En 2013 tuvo lugar otro hito importante: la convención destinada a racionalizar y armonizar la legislación de asilo actualmente en vigor en la UE, la conocida como Dublin III o Reglamento(UE) N.º 604/201315. Se presupone que el objetivo es evitar que una persona refugiada demande asilo en varios estados miembros simultáneamente y a la vez asegurar que al menos haya alguno donde pueda hacerlo.
El aspecto más controvertido de esta nueva normativa, y que está detrás de gran parte de los problemas a los que se enfrentan actualmente los solicitantes de asilo, es la obligación de presentar dicha solicitud en el primer país de la UE al que accedan, sin importar las dificultades idiomaticas o carecer de afinidad cultural con el estado. La meta que se pretende alcanzar es convertir el sur de Europa en “estados tapón” para impedir el flujo migratorio hacia los países del norte: otra pieza más de la “Europa fortaleza”. Sin embargo como se vío en 2015, esto podría ser contraproducente, al desbordarse los países del sur con la llegada masiva de personas refugiadas.
En 2016 llegó otra interesante “innovación” en la fortificación del espacio Schengen: el acuerdo entre la UE y Turquía de 201616, o la externalización de fronteras. Aceptando convertirse en los “gendarmes fronterizos” de Europa, los países como Turquía mejoran sus relaciones diplomáticas y comerciales con la UE y reciben ayudas cuantiosas “al desarrollo”. Y Europa externaliza con ello las imágenes de persecución a las personas inmigrantes y la brutalidad, que se quedan al otro lado de la frontera.
La palabra “innovación” va entrecomillada porque uno de los pioneros en la externalización de fronteras ha sido el estado español con la frontera de Marruecos. Y la reciente escalada de tensión con Marruecos por la acogida en España del líder del Frente Polisario puso de manifiesto en las playas de Ceuta no sólo las imágenes que Europa intenta evitar usando a países externos como “gendarme”, sino hasta qué punto se puede usar a seres humanos como armas en un conflicto diplomático17.
Construyendo el miedo al otro
Los terribles atentados del 11S inauguraron una nueva época en todo el mundo. El neoliberalismo, que había anunciado “el fin de la historia” con Francis Fukuyama tras la caída del muro de Berlin18, volvía a necesitar de enemigos tras la derrota del comunismo. Y de manera urgente, pues las recetas de austeridad generalizadas y la pérdida de soberanía ante una dictadura del capital en un mundo cada vez más globalizado hacían necesario un nuevo enemigo externo que justificara la “protección” de los gobiernos de países enriquecidos como los de Europa. Es por ello que el “shock” resultante de la caída de las torres gemelas habría sido vista por algunos como una oportunidad: la de construir al antagonista de la nueva era. Así, en 2001 apareció la islamofobia y la “guerra contra el terrorismo”.
La islamofobia, que presenta en el imaginario popular al mundo islámico como un caos informe y barbárico, capaz de las mayores atrocidades, ha servido y sirve no solo como palanca para los discursos xenófobos de las formaciones de ultraderecha en auge en Europa, sino para fomentar el rechazo a la inmigración desde las mismas instituciones.
Un caso representativo es el del presidente de la república Checa, Milos Zerman, cuando en 2015 aseguró que la ola de refugiados era “una invasión organizada”19. El ministro de interior español Jorge Fernández Díaz también afirmaba que el extremismo y el terrorismo de DAESH “es un cáncer que se ha extendido por Oriente Próximo y que es necesario extirpar”20, y sugirió que entre los refugiados provinientes de Siria podía haber infiltrados de DAESH.
Los atentados de París de Noviembre de 201521 despertaron en el imaginario público el miedo a todo lo extranjero (y a todo lo islámico principalmente), y fueron usados como una piedra más en la fortificación de Europa. La “guerra contra el terrorismo” normalizó las excepciones jurídicas, como las del “Anti-Terrorism, Crime and Security Act” de 2001 en Inglaterra22, que permitió la detención indiscriminada y sin juicio de personas extranjeras hasta su impugnación, derivando en la estigmatización de la migración irregular equiparándola a una amenaza para la seguridad nacional.
Junto al miedo al mundo islámico está la criminalización de la pobreza. Se vincula desde ciertos medios de comunicación el aumento de la inmigración con el de la delincuencia, utilizando determinados casos aislados (“cherry picking”23) y magnificándolos para hacerlos parecer una situación de emergencia.
Es el caso de la campaña del partido español Ciudadanos de 2018, donde se usaba un episodio de agresión contra un turista norteamericano para hacer creer a la población que los manteros eran un grupo criminal organizado y peligroso24, o como los discursos de Jean-Marie Le Pen sobre la inmigración en Francia que han logrado hacer virar todo el arco político con sus mensajes demagogos, logrando promover un clima donde se compite por ofrecer soluciones de “mano dura” sin que su formación detente el poder. Es lo que vulgarmente se conoce en Francia por “lepenización de los espíritus”25.
Esto, junto con el discurso del “primero para los de aquí” en el marco de las políticas de austeridad, no tiene otro objetivo que enfrentar a la población contra sí misma a fin de que no se organice para hacer frente al verdadero causante de su malestar, que son las grandes empresas y los intereses financieros. Además de la ventaja obvia de disponer de una parte de la población estigmatizada y carente de derechos, que al verse indefensa y con la urgencia de la necesidad, trabajará por sueldos de miseria y sin gozar de las protecciones más básicas del estado del bienestar.
La inmigración irregular es mercancía
¿Puede ser negocio la inmigración irregular? Claramente, teniendo en cuenta las cifras que manejan las mafias que facilitan el tráfico ilícito de migrantes. En su informe de 2010, la United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC) cifraba en 6.750 millones de dólares26 el dinero generado anualmente por las dos grandes rutas: de África Oriental a Europa y de América del Sur a América del Norte.
A esto hay que sumar otros actores legales que también se han beneficiado, como los 350.000 dólares que en 2015 se embolsó Air Berlin por operar vuelos chárter para deportar a inmigrantes cuyas solicitudes de asilo habían sido rechazadas, o como la Unión Temporal de Empresas formada por Air Europa y Swiftair que cuenta con 12 millones de euros anuales para este mismo servicio en el estado español27.
Adicionalmente, podemos hablar de los beneficios que reporta el sector penitenciario: los Centros de Internamiento de Extranjeros, donde todopoderosas empresas de seguridad como G4S28 gestionan las prisiones y centros para inmigrantes con horripilantes historiales de abusos a los derechos humanos. Pese a la opacidad de los contratos, según Corporate Watch, tienen una tasa de beneficio del 20% sobre la cuantía de las licitaciones29.
El proyecto de periodismo internacional The Migrants Files30 cifró en 11.300 millones de euros lo que las políticas de repatriación de inmigrantes costaron a los contribuyentes europeos durante el periodo 2000-201431, mientras que las mafias de ambos lados de la frontera ganaban un total de 15.700 millones haciendo el trabajo inverso. Claramente, para muchos actores (empresas externalizadas y mafias), la inmigración irregular es un negocio de oro, pagado con dinero europeo y con vidas humanas: según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), durante 2020, el ratio era de 1,6 personas fallecidas por cada 100 en el tránsito migratorio del Mediterráneo32.
Alternativas
Ante esta Europa cada vez más fortificada, ¿cuáles son las alternativas? Vivimos en una época en la que el Brexit ha convertido en tabú la desobediencia a Europa. Sin embargo, el Brexit es precisamente un subproducto de la fortaleza europea y del “miedo al otro”, y prueba de ello es que surgió en uno de los países inicialmente más fieles al proyecto europeo, como era Inglaterra.
Lo que proponemos es una desobediencia a los tratados: al Pacto de Estabilidad, el Tratado de Lisboa o el Dublín III. Con el objetivo de tender puentes y derribar muros, crear la Europa de los pueblos y los Derechos Humanos, que ponga las clases populares en su centro y la justicia social como objetivo.
Como metas para llegar a este punto hay que luchar por el fin de la austeridad y los recortes que logran enfrentar a las poblaciones entre sí (en Europa y en el resto del mundo), señalando a la inmigración como un falso “problema” para evitar que los verdaderos artífices de nuestro malestar queden al descubierto. Sin el espejismo de escasez que trae la austeridad neoliberal, no se sostendrán ni el “no hay para todos” ni el “primero los de dentro” con el que nos bombardean las instituciones europeas y la ultraderecha y que sirven de soporte a la Europa Fortaleza.
Así, acabaremos con esta Europa fortificada y este racismo institucionalizado y daremos un paso en firme para una Europa (¡y un mundo!) para los pueblos.
1https://www.theguardian.com/world/2012/mar/06/european-commission-criticised-racist-ad 2https://www.migrationdataportal.org/es/international-data?i=stock_abs_&t=2020 3https://www.un.org/es/global-issues/migration 4https://www.migrationdataportal.org/es/themes/migracion-forzosa-o-desplazamiento-forzoso 5https://mondediplo.com/2018/11/09migration 6https://www.macleans.ca/news/world/david-cameron-commits-dogs-and-fencing-to-help-france-control-migrant-surge/ 7https://eacnur.org/es/convencion-de-ginebra-de-1951-el-estatuto-de-los-refugiados 8https://www.icrc.org/es/document/informe-cicr-cambio-climatico-y-conflictos-una-cruel-combinacion 9http://www.interior.gob.es/web/servicios-al-ciudadano/extranjeria/acuerdo-de-schengen 10https://www.europarl.europa.eu/topics/treaty/pdf/amst-es.pdf 11https://www.aepd.es/es/internacional/supervision-de-grandes-sistemas/sistema-de-informacion-schengen-sis 12https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/ATAG/2019/635539/EPRS_ATA(2019)635539_ES.pdf 13https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=LEGISSUM%3A230105_1 14https://ec.europa.eu/home-affairs/policies/schengen-borders-and-visa/border-crossing/eurosur_en 15https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:32013R0604&qid=1442190373681&from=ES 16https://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2016/03/18/eu-turkey-statement/ 17https://elpais.com/espana/2021-05-17/un-millar-de-personas-llegan-a-nado-a-ceuta-en-plena-escalada-de-tension-diplomatica-con-marruecos.html 18https://en.wikipedia.org/wiki/The_End_of_History_and_the_Last_Man 19https://www.dw.com/en/czech-president-zeman-says-refugee-wave-is-organized-invasion/a-18943660 20http://www.interior.gob.es/prensa/noticias/-/asset_publisher/GHU8Ap6ztgsg/content/id/4582295 21https://es.wikipedia.org/wiki/Atentados_de_Par%C3%ADs_de_noviembre_de_2015 22https://www.legislation.gov.uk/ukpga/2001/24/contents 23https://es.wikipedia.org/wiki/Falacia_de_evidencia_incompleta 24https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/lepenizacion-espiritus_129_1972634.html 25https://elpais.com/diario/2002/04/22/internacional/1019426405_850215.html 26https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/tocta/TOCTA_Report_2010_low_res.pdf 27https://www.europapress.es/epsocial/migracion/noticia-air-europa-swiftair-quieren-seguir-operando-vuelos-deportacion-migrantes-2020-2021-20190713123253.html 28https://www.g4s.com/ 29https://www.elsaltodiario.com/cie/el-chollo-economico-britanico-se-llama-centro-de-expulsion-de-inmigrantes 30https://www.themigrantsfiles.com/ 31https://www.elconfidencial.com/mundo/2015-06-18/europa-gasta-13-000-millones-para-frenar-la-inmigracion-los-traficantes-ganan-16-000_888641/ 32https://www.cear.es/informe-cear-2021/
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