Desde el pasado 23 de Marzo, la Unión Europea obliga al Estado español a contabilizar la deuda del Sareb, el banco malo español, en la deuda pública española1. Eso supone que se sumarán 35.000 millones de euros a la contabilidad de la deuda pública de España, por lo que pasa del 117% al 120% del PIB. Sareb fue creada con el objetivo de comprar todos los activos tóxicos y problemáticos que tenía la banca para «limpiar» sus balances. El entonces ministro de Economía, Luis De Guindos, tuvo la intención de que esta empresa, pese a contar con la mayor parte de capital público, no constara en la contabilidad como pública. Ese intento de engañar a Europa ha fracasado finalmente ahora, en plena pandemia y con uno de los momentos de mayor endeudamiento de nuestra historia.
La creación de una sociedad de gestión de activos inmobiliarios, o banco malo, fue una de las condiciones impuestas en el MoU2, el memorándum de entendimiento firmado con la Unión Europea para el rescate de España en 2012. Se encargaría de viviendas y suelos que estaban en poder de las entidades donde no se habían pagado los préstamos firmados, además de créditos fallidos con enormes dificultades de recuperación. Gracias al Sareb las entidades dejarían de tener el lastre de tener que provisionar esos activos que no les generaban más que gastos y les obligaban a reservar capital.
Para que una empresa sea considerada pública, la mitad de su capital tiene que serlo. El modo en que De Guindos intentó hacer pasar el Sareb como privada fue convencer a la banca para que pusieran el 55% del capital inicial3, teniendo en cuenta que este capital inicial sería usado para librarse de sus propias deudas inmobiliarias. De ese modo, podrían convencer a Europa de que Sareb era un banco privado y por tanto sus deudas no necesitarían contabilizar en la deuda pública. Estos 4800 millones de capital inicial no eran suficientes, y por eso Sareb emitió 50.781 millones de euros en bonos4, 20 veces más de lo que habían puesto los bancos privados. Para ese préstamo, sin embargo, los bancos no cuentan como avalistas, y la única responsabilidad en caso de quiebra es del estado.
Si la Sareb quiebra, el estado debería ejecutar 35.000 millones de euros, lo que supone la cuarta parte de lo que le corresponde por los fondos europeos para la crisis del Coronavirus. Por lógica, la banca debería hacerse cargo del 55% de esa deuda, dado que esa parte del capital inicial corresponde a ella, pero el estado no va a presionar para que paguen la factura y la ley les da la razón, puesto que el gobierno del PP decidió que el estado fuera el único avalista del préstamo. También la lógica dictaría que, dado que debemos hacernos cargo de la deuda del Sareb, su parque inmobiliario debería igualmente pertenecer a la población y servir para paliar la actual crisis de vivienda. Para todo esto, sin embargo, es necesario que la población sea consciente y luche para que la lógica y la justicia estén alineadas.
https://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2021/03/23/605a181121efa09f1a8b45fc.html https://www.sareb.es/en_US/about-us/corporate-governance/normative https://elpais.com/economia/2012/12/18/actualidad/1355817555_751503.html https://www.sareb.es/es_ES/conoce-sareb/quienes-somos/sareb-en-cifras
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