El pasado 15 de Mayo se cumplieron 10 años desde que la ciudadanía descontenta con las políticas austericidas salió a las calles a decir basta1. De aquel movimiento no queda gran cosa pero marcó un antes y un después en la vida política y social del estado español. Este movimiento se desarrolló en un contexto general de contestación con La Primavera Árabe en África y Oriente Próximo o el movimiento Occupy en Ámerica del Norte.
Aquel ciclo comenzó con la desesperación del pueblo tunecino, sumido en un régimen corrupto y autoritario que ahogaba hasta al vendedor ambulante más humilde. La gota que colmó el vaso fue el suicidio a lo bonzo del un mercader tunecino llamado Mohamed Buazizi2, que se inmoló en la pequeña ciudad de Sidi Buzid. El pueblo de Tunéz se echo a la calle hasta que consiguio derrocar al regimen del dictador Ben Ali, que duraba ya 23 años para desgracia del país africano.
Después, otros países del norte de África y Oriente Próximo se sumaron a la revuelta: Yemen, Egipto, Bahréin o Siria entre los más destacados. Por desgracia, aunque se logro terminar con algunos regimenes como el de Ben Ali en Túnez o Mubarak en Egipto, la mayoría de movimientos fueron aprovechados por intereses económicos o políticos extranjeros para imponer dictaduras militares o alzar grupos terroristas, creando el caos y destruyendo la ilusión de una transición democrática. A esto acabó llamándosele Invierno Árabe.
Túnez, Egipto o Iraq son países en los que hoy viven todavía los ecos de aquella Primavera Árabe, la ciudadanía vuelve a a echarse a las calles buscando mejorar las condiciones de vida y defender los derechos humanos3. Todas estas manifestaciones vuelven a tener reclamos en común: democracia, fin de la corrupción, justicia social… Además, el Sudeste Asiático pasa por un proceso similar que incluye a territorios como Myanmar, Tailandia o Hong Kong, que una vez más comparten causas y se refuerzan entre sí.
Ahora que se abre un nuevo ciclo político, económico, social e incluso cultural y a medida que se termina la pandemia, todo apunta a un descontento generalizado en todo el planeta por las medidas de ajuste que los estados llevan a cabo para hacer pagar a los de abajo la crisis capitalista. Un ejemplo claro es el actual movimiento de respuesta al ajuste fiscal en Colombia4. La victoria del pueblo colombiano invita al optimismo e indica que se abre una década de nueva resistencia.
1 https://www.publico.es/actualidad/cronologia-acampada-indignada-puerta-del.html 2 https://www.lavanguardia.com/internacional/20201220/6136061/primavera-latente.html 3 https://nuso.org/articulo/una-nueva-primavera-arabe/ 4 https://elpais.com/elpais/2021/05/02/album/1619918184_626851.html#foto_gal_1
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