Manifiesto: Alianza Global por un Tratado Vinculante
¿QUIÉN?
Distintas organizaciones sociales y personas de diversa índole a lo largo de todo el planeta conforman la Alianza por un Tratado Vinculante. Entre lxs firmantes se encuentran: CETIM, CIDSE, Dismantle Corporate Power Campaign, ECOAR))), FIAN, FIDH, Franciscans International, Friends of the Earth International, IBFAN-GIFA, Indonesia Global Justice,International Commission of Jurists, Legal Resources Center, PAN AP, Transnational Institute, TUCA…
¿CÓMO?
El Grupo Intergubernamental de Trabajo sobre Empresas Transnacionales y Otras Empresas con relación a los derechos humanos, trabaja con el fin de desarrollar un instrumento jurídico vinculante que defienda y asegure el cumplimiento de distintos marcos de conducta ética y moral por parte de las transnacionales en todos aquellos aspectos en los que las personas y las comunidades se vean afectadas.
Para ello se ha abierto la posibilidad de firmar una declaración conjunta, tanto como organización como a título individual, con el objetivo de recabar el máximo apoyo en la defensa de los Derechos Humanos frente a los intereses de las grandes transnacionales.
¿DÓNDE?
El impacto de un tratado que regule los abusos de las corporaciones trasnacionales es de escala internacional. La globalización actual y la actividad de las transnacionales
no pueden entenderse la una sin la otra.
¿CUÁNDO?
Colaborar con «la firma de la declaración» puede ser una acción inmediata, puesto que la recogida de firmas permanece abierta en el sitio correspondiente. El grupo de trabajo sobre corporaciones transnacionales realizará su próxima sesión entre el 23 y el 27 de octubre de 2017 para iniciar la negociación de los contenidos y alcance del instrumento jurídico.
¿CUÁNTO?
La Alianza Global por un Tratado Vinculante busca el mayor número de apoyos posibles. Cada firma cuenta a la hora de demostrar a los diferentes gobiernos participantes el rechazo de los abusos que cometen las transnacionales contra las personas y el planeta.
¿POR QUÉ?
Los abusos realizados por parte de las corporaciones transnacionales suponen, entre otras cuestiones, una continua violación de los derechos fundamentales de las personas y las comunidades, al mismo tiempo que se pone en serio peligro el equilibrio de los ecosistemas. Estas prácticas nocivas se producen alrededor de todo el planeta y crecen de manera progresiva, pues las transnacionales gozan de total impunidad, acogiéndose a la inexistencia de un marco legislativo global a través del cual puedan regularse sus actividades.