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En todo el planeta, pero en especial en los países empobrecidos, la calidad de vida de las personas del rural empeora cada día. El modelo neoliberal impide que lxs agricultorxs puedan desarrollar una economía básica puesto que destroza el campo y hace inviable la subsistencia de minifundios cultivados de forma tradicional y artesanal. Este modelo, que solo entiende el campo como un recurso que explotar, es una de las causas principales del cambio climático, dificultando la agricultura sostenible, provocando la despoboación y el abandono del medio rural, o despojando la aquellas comunidades indígenas o campesinas que quieren vivir en las tierras que habitaron durante muchos años¹

A principios del siglo XX solo el 2% de la población mundial vivía en ciudades. En el año 2000, este porcentaje ascendía al 50%. Y para el 2050 se estima que el porcentaje llegará al 75%². Cabe destacar, además, que para el año 2100 según estimaciones de la ONU, la población total del planeta podría conseguir los 12.000 millones de personas³. Las urbes casi no producen alimentos, centralizan el gasto de los Estados y de la iniciativa privada en infraestructuras de todo tipo, depredan los suelos, y son grandes consumidoras de energía y productoras de CO2⁴

Como representación paradigmática del gasto energético desmesurado actual, las lechugas procedentes del valle de Salinas (California) viajan 5.000 km por carretera hasta llegar a Washington, antes de su destino final, Londres. Para llegar a la ciudad estadounidense se consumieron, en forma de petróleo, 36 veces más calorías que las que la planta contiene; cuando llega a Londres, este consumo fue 127 veces superior a las calorías de la planta⁵.

Así, las ciudades centralizan y representan el poder global y son al mismo tiempo las mayores responsables del cambio climático y de las desigualdades que estamos padeciendo. El medio rural, en cambio, está abandonado. Carece de las infraestructuras, servicios o atenciones de las metrópolis, con un estatus geoeconómico desigual a pesar de ser interdependientes entre sí.

Bajo esta premisa, el Movimiento Internacional La Vía Campesina celebrará el próximo 17 de abril el Día Internacional de la Lucha Campesina, denunciando que el campo representa una solución en forma de soberanía alimentaria, en la merma de las desigualdades sociales, en el justo reparto y trabajo de los recursos naturales o en la lucha contra el cambio climático. Así, este movimiento, compuesto por millones de campesinxs, pequeñxs y medianxs agricultorxs, mujeres rurales e indígenas, entre otrxs, organiza una jornada mundial de acción para demandar la implantación de los Derechos Campesinos mediante una Reforma Agraria y Justicia Social globales. La lucha social siempre será el único camino que garantice calidad de vida para todxs.

1 https://undocs.org/es/A/RES/73/165
2 Sing C. Chew, Ecological Futures: What History Can Teach Us
3 https://www.un.org/es/sections/issues-depth/population/index.html
4 Thierry Paquot, Désastres Urbains: Les Villes Meurent Aussi
5 Serge Latouche, Vers une société d'abondance frugale. Contresens et controverses sur la décroissance

Más información:

Via Campesina

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