La represión ha sido desde siempre una de las formas con las que los gobiernos, o cualquier grupo que detenta un poder, han actuado contra quienes desafían las relaciones de poder existentes. Ha sido definida como el empleo o la amenaza de coerción por parte de lxs poderosxs sobre quienes se le oponen a fin de debilitar la resistencia a su voluntad1. En definitiva, represión es toda actividad institucional que pretende cohibir los comportamientos colectivos.
La represión no es el único mecanismo destinado al control colectivo. Talcott Parsons, en “The Nature and Significance of Economics”2 definía otros como el incentivo (ofrecer a las personas descontentas ventajas para inducirlas a un cambio de actitud), persuasión (utilizar influencia y «buenas razones» sin sanciones positivas o negativas) o el compromiso (llamadas a la moral y a la conciencia de la ciudadanía). Estos mecanismos son los preferidos por el poder en tiempos de baja conflictividad social.
No obstante, si fallan los anteriores, los poderes recurren al cuarto mecanismo: la coerción, o presión a un individuo o grupo de personas con el objetivo de condicionar su comportamiento. Según Michael Mann3, esta se puede dividir de menor a mayor grado en: opresión (omisión de los derechos sociales y económicos de la ciudadanía), la represión (control social mediante sanciones, como la era McCarthy en EEUU), el terrorismo de Estado (uso sistemático de la violencia para crear un miedo crónico, como durante la dictadura de Pinochet) y el genocidio (eliminación de un grupo étnico, cultural, religioso o ideológico).
Cuando las poblaciones nos enfrentamos a una situación de represión, podemos emplear el derecho de Rebelión, o el uso de la desobediencia civil o la fuerza a fin de derrocar a un gobierno ilegítimo. Este derecho aparece reflejado de manera implícita en el preámbulo de los Derechos Humanos de 19484. Es un derecho legítimo y reconocido de las poblaciones ante un poder injusto5.
Ante la injusticia, debemos fortalecernos a nivel individual y colectivo, adoptar medidas de seguridad y ser discretxs tanto en las redes como en la vida real, conocer a quienes nos enfrentamos y documentar otras luchas para analizar sus errores y aciertos6. Victorias como el reciente proceso constituyente del pueblo Chileno7 demuestran que la lucha es posible y necesaria, y que las poblaciones unidas logran cambiar la historia.
1 STOHL, Michael y LOPEZ, George A., “Introduction” en STOHL, Michael y LOPEZ, George A., The State as Terrorist. Westport, Greenwood, 1984, pág. 7. 2 PARSONS, Talcott, “Some Reflections on the Place of Force in Social Process” en "Internal War: Problems and Approaches". Londres, Collier-MacMillan y Nueva York, The Free Press, 1964, pág. 34. 3 MANN, Michael, Las fuentes del poder social, vol. II, pág. 527. 4 "Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión" (Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos) 5 https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2329401 6 https://kaosenlared.net/estrategias-para-afrontar-la-represion/ 7 https://www.plebiscitonacional2020.cl/
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